¿qué pasó y qué pasará en argentina
Una gran parte de la sociedad argentina le dijo "hasta
aquí" a Javier Milei. Según datos de las últimas encuestas de CELAG, la
mayoría no comparte su idea de dolarizar; no comulga con el término
"casta"; lo considera un violento, chanta y machista; cree que es
inestable; y no está de acuerdo con el resto de sus propuestas. En definitiva,
políticamente tiene un límite, y electoralmente también. De las PASO a la
primera vuelta bajó su intención de voto en porcentajes (31,6 a 29,98 por
ciento, sobre votos afirmativos), a pesar de que aumentó su caudal de votos en
651.345 (esto se explica por el aumento de la participación en 8 puntos).
2. Bullrich, del piso al sótano
Patricia Bullrich perdió 533.996 votos entre las PASO y la
primera vuelta; casi 6 puntos porcentuales. Juntos por el Cambio regresó a la
casilla de salida. Su resultado actual es similar al obtenido en las primarias
del año 2015 (23,8 vs. 24,5 por ciento). Están en caída libre y aún no han
terminado de caer. Las derrotas hacen mucho daño; y, si son dos consecutivas,
mucho más. Están en un laberinto sin salida. No supieron qué hacer con la
aparición de la ultraderecha libertaria y siguen anclados en el pasado.
3. La escalera de Massa
Sergio Massa fue de menos a más. Creció en más de 3 millones
de votos, casi 8 puntos porcentuales. Logró convencer a una buena parte de los
votantes del Frente de Todos del 2019 que se quedaron en casa en las PASO de
agosto. ¿Cómo lo hizo? No fue ni con spots publicitarios ni con jingles. Fue
con decisiones concretas en materia económica (devolución del IVA, por ejemplo)
y explicando con sinceridad la alta responsabilidad que tiene el FMI en todo
este entuerto; y, además, pidiendo disculpas por todo lo que no se ha hecho
bien. Si sigue así, con acciones precisas que mejoren la cotidianidad, seguirá
subiendo escalones.
4. La fórmula de Axel: ideas + gestión - rosca
Es el triunfo de la Política en mayúsculas. Axel Kicillof
obtuvo casi el 45 por ciento de los votos en la elección para gobernador de la
Provincia de Buenos Aires. Ganó por goleada. Y lo consiguió gobernando y
creyendo en Principios. Sin distraerse lo más mínimo de lo verdaderamente
importante. Se convierte, así, en un Proyecto Político presente que vino para
quedarse.
5. La impotencia de los grandes medios de comunicación
Desde hace años venimos demostrando, gracias a las encuestas
de CELAG, que los medios en América Latina tienen su importancia, porque son
muy consumidos masivamente a modo de entretenimiento, pero no son creíbles.
Pueden crear marcos, sí, pero no llegan a tener el alcance y la fuerza que se
les atribuye. Y en Argentina volvieron a fallar en su intento. Su candidata
quedó en tercer lugar.
6. Los cisnes no siempre son negros
Se exagera -y mucho- cada acontecimiento coyuntural (se
llame Insaurralde o Chocolate), ignorando que la ciudadanía "está en
otra". Hemos caído en la trampa de la houseofcardización de la política,
creyendo que todo tiene una lógica lineal y simple. Y a veces nos olvidamos que
los sentidos comunes y los surcos profundos no cambian tan rápidamente.
7. La segunda vuelta está abierta
Si la participación y los votos blancos/nulos se mantuvieran
tal como en la primera vuelta (como fue en 2015, última vez que hubo segunda
vuelta), entonces tendríamos que:
(a) Milei necesitaría crecer en 5,5 millones de votos para
ganar; por ejemplo, captar el 90 por ciento de los votos de Bullrich;
(b) Massa necesitaría 3,8 millones para ganar; por ejemplo:
todo el voto de Myriam Bregman más el 80 por ciento de Juan Schiaretti más el
60 por ciento de los votantes de Horacio Rodríguez Larreta (suponiendo que
éstos fueron a votar Bullrich en primera vuelta, que sería lo más probable
según nuestros estudios).
Al día de hoy, es muy complicado saber qué es lo más
probable: si lo primero o lo segundo. Pero hay algo que está muy claro: la
solución a esta ecuación electoral no se encontrará haciendo sumas y restas
como si los votantes de cada candidato fuesen todos idénticos entre sí. La
aritmética (rampante y simplona) en Política tiene sus límites.
El resultado final dependerá de la capacidad de convicción
que tengan Massa o Milei en medio de una disputa de época entre dos visiones
contrapuestas sobre el futuro del país en materia de justicia, democracia,
soberanía, libertad, igualdad, derechos.
Se abre a partir de ahora una batalla Política y Electoral
que tendrá su lado propositivo y que, por supuesto, también estará acompañada
de una Guerra de Miedos.
Veremos quién gana.
* Alfredo Serrano Mancilla es director de Celag; Doctor en
Economía.