Ucrania: ¿contraofensiva u operación mediática?
El régimen de Kiev, administrado por Volodimir Zelensky,
lleva un mes ya de una publicitada contraofensiva contra las fuerzas rusas en
la zona del Donbás. Dicha operación no ha mostrado resultados positivos, que
permitan augurar un cambio en la actual situación bélica, con el absoluto
control de las fuerzas rusas de aquellas áreas definidas por Moscú como
necesarias de defender frente a los ataques kievistas.
Una realidad en el escenario bélico que se consolida,
generando críticas en el interior de la coalición de países de países que
apoyan a Kiev, liderados por Estados Unidos y secundado por la Organización del
Tratado del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que tuvo su Cumbre en Vilnius,
capital de Lituana, el pasado 11 y 12 de julio. Los resultados de ella no
sorprendieron absolutamente a nadie, considerando la dinámica de apoyos de
Occidente a su aliado ucraniano: promesas de seguridad y masificar aún más la
entrega de armamentos, que se ha convertido en la estrategia de Washington y
los suyos para dinamizar sus alicaídas economías. No hay nada mejor para
Occidente en su historia hegemónica que intensificar las guerras, agresiones,
procesos de desestabilización para que sus complejos militares industriales comiencen
a llenarse los bolsillos con dólares y euros. Cifras al canto: Estados Unidos
ha entregado hasta ahora 100.000 millones de dólares en armas y apoyo
financiero a Kiev. La OTAN, por su parte, ha proporcionado una cifra de 90.000
millones de euros. (1)
A pesar del enorme apoyo militar que Washington y sus
aliados le otorgan al régimen de Zelensky, la famosa contraofensiva de verano
no ha obtenido ningún avance en el terreno, ningún triunfo relevante que le
permita decir a sus financistas que el dinero utilizado para desestabilizar a
Rusia ha dado frutos. Este es un elemento importante a la hora de poner paños
fríos a esta idea peregrina de incorporar a Ucrania a la OTAN, como se había
insinuado previo a la cumbre celebrada en Vilnius. Según analistas
internacionales, Zelensky exigía urbi et orbi un cronograma claro que le
permitiera decir a los suyos que entraban a formar parte de la alianza militar
occidental. “Es absurdo y sin precedentes que no se establezca un plazo para la
invitación ni para la membresía de Ucrania, mientras que al mismo tiempo se
agrega una redacción vaga sobre las ‘condiciones’ incluso para invitar a
Ucrania”, vociferaba Zelensky, que además solicitaba más armas, más pertrechos,
más dinero. Demanda que no ocultó la discusión respecto a las acusaciones de
corrupción galopante en materia de armas del régimen cívico-militar ucraniano.
Sus palabras generaron profundo rechazo en políticos
europeos y funcionarios de la OTAN. Tal es el caso del ministro de Defensa
británico, Ben Wallace, quien advirtió a Ucrania que “no somos Amazon”,
refiriéndose al servicio de comercio electrónico (2). Por su parte, el
mandatario estadounidense, Joe Biden, terminó de darle un golpe a las
expectativas del excomediante ucraniano, al sostener respecto al posible
ingreso de Ucrania a la OTAN que “tal vez después que termine la guerra”. Según
un artículo de The Washington Post, algunos funcionarios querían castigar a
Zelensky por su exabrupto.
Análisis de medios como Asia Times han destacado que el
supuesto avance ucraniano en el marco de su ofensiva tiene una bajísima
probabilidad de éxito en las posiciones rudas. Se necesitan más de dos años,
suministrando armamento de última generación –con todo el entrenamiento que
ello significa– para que Kiev pueda realizar grandes operaciones militares. La
OTAN creó en Vilnius “un grupo llamado Consejo OTAN-Ucrania para coordinar la
cooperación. Al final, sin embargo, la teatralidad para sentirse bien no se
vendió, ya que hablar de ‘unidad’ desde todos los lados sonó hueco”, consigna
Asia Times (3).
A través del columnista David Ignatious, The Washington Post
afirma que las propias autoridades militares estadounidenses reconocen
dificultades objetivas para lograr algún grado de éxito en la contraofensiva
ucraniana. El problema principal para el analista, más allá de las armas
entregadas, es que Kiev no tiene fuerzas ni recursos y tampoco instrucción de
combate superiores a Rusia. En esta situación, cualquier intento de las fuerzas
militares ucranianas de pasar al contraataque solo va a incrementar el número
de víctimas en sus filas. Ignatious apuesta por una guerra de guerrilla post
término de la guerra. “Tal vez la guerra continúe en 2024 y tal vez más allá.
Incluso si hay un alto el fuego en algún momento, los ucranianos pueden luchar
detrás de las líneas del territorio controlado por Rusia. Esa es una parte del
final del juego que rara vez se discute pero que necesita más atención”. (4)
Este columnista, vinculado al Pentágono, revela el plan ulterior: seguir con la
guerra en otros niveles, sabiendo que Ucrania está perdida. Una contraofensiva,
según se desprende de las conversaciones en Vilnius para mejorar las
condiciones y ampliar el pliego de demandas en una eventual negociación con
Rusia. Idea que solo podría concretarse si las operaciones militares ucranianas
tienen éxito y ello se ve lejano.
El análisis profundo de la guerra en Ucrania revela
inclinación por parte del régimen de Kiev, apoyado por numerosas empresas de
relaciones públicas -principalmente estadounidenses y británicas- a mostrar
acciones y decisiones propias de una guerra mediática (5) más que de efectos
concretos en el campo bélico. Kiev no puede mostrar ningún avance en la zona
del Donbás donde las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk han concretado
figuras jurídicas y territoriales al margen de cualquier vínculo con Kiev. No
hay plan alguno de la contraofensiva multiplicada comunicacionalmente como una
especie de “la madre de todas las batallas” que pueda mostrarse como exitosa.
La propia naturaleza se ha encargado de frustrar los planes ucranianos de
incursionar en zonas controladas por Rusia. Tal es el caso del óblast de
Jersón, atravesado por el Río Dniepr, donde las fuerzas ucranianas están
imposibilitadas de sortear las dificultades hidrográficas que el curso de tal
río ofrece.
En dirección a la ciudad de Zaporozhie, las líneas de
defensa rusas son infranqueables al igual que los caminos que conducen a la
ciudad de Donetsk, con fortificaciones inexpugnables, así reconocido por el
alto mando militar ucraniano, que se ha visto forzado a admitir que es muy
difícil cumplir sus expectativas, o por opiniones más alentadoras pero
absolutamente irreales, como las de Zelensky, que sostuvo que “la
contraofensiva es difícil pero avanza”, esperanza absolutamente irreal pues
ninguna de las ciudades que querían ser tomadas han tenido resultados:
Artiómovsk, Zhovtnevoye (en la región de Kharkov), Zaliman, Pshenichnoye y
Kremennaya (República Popular de Lugansk), Klyuchyovoye (República Popular de
Donetsk) y Pologi (región de Zaporiyia). Nada, ningún logro, solo más y más
muertos, que se suman a un ejército cada día más disminuido, más necesitado de
armas y al cual incluso se le está proporcionado por parte de Washington bombas
de racimo, prohibidas por 100 países y que pueden significar un efecto de
respuesta demoledora por parte del ejército ruso. (6)
Con esta entrega, Washington está probando la paciencia de
Rusia en materia de ver hasta dónde puede soportar las presiones y
provocaciones de la OTAN. Una OTAN que digita los pasos militares dados por
Zelensky que está generando acciones destinadas a asestar golpes en dirección a
las regiones rusas del Belgorod, Brianks y Kursk. Tal vez la memoria histórica
no es parte de la estrategia de Ucrania y sus financistas, pero vale recordar
que en Kurk las huestes de la Alemania nazi fueron derrotadas estrepitosamente
y ello significó una victoria estratégica de las fuerzas de la ex URSS. No
basta con manipular, desinformar y contratar empresas de relaciones públicas
por parte de Ucrania. Se requiere resultados y esos no están en el bando
“otanista” por más que la cobertura mediática pretenda mostrar avances, toma de
posiciones y triunfos que terminan esfumándose a las pocas horas.
Notas:
1. Cifras proyectadas a partir del promedio mensual enviado
por los aliados de Ucrania. Resumen entregado por el instituto de análisis
Statista consigna lo presentado en su estudio.
https://es.statista.com/estadisticas/1294251/guerra-rusia-ucrania-tipo-ayuda-militar-enviada-a-ucrania-por-cada-pais-en-2022/
2.
https://www.hispantv.com/noticias/el-reino-unido/568545/ministro-ucrania-amazon-entrega-armas
3.
https://asiatimes.com/2023/07/zelensky-cant-ever-get-what-he-wants-from-nato/
4.
https://www.washingtonpost.com/opinions/2023/06/19/david-ignatius-ukraine-qa/
5. Así ha sido desde el 24 de febrero de 2022. Occidente
planificó, organizó y apoyó la política de máxima presión política, económica,
diplomática y militar contra Rusia y hoy, que ha creado el problema, finge
apoyar una solución que ha significado lisa y llanamente echar más leña al
fuego. Para eso cuenta con población donde la ignorancia prima, el apoyo de
gran parte de los medios de desinformación y manipulación que maneja Occidente,
con una audiencia servil a partir del fortalecimiento de la emocionalidad en
lugar del pensamiento crítico, con políticas de distracción destinadas a evitar
que las sociedades se preocupen de los problemas importantes, entre otras
estrategias diseñadas con ingentes uso de fondos y la complicidad de medios,
redes sociales, organizaciones internacionales y Gobiernos cómplices de
Washington y su arma política militar, llamada OTAN.
https://segundopaso.es/news/2683/Ucrania-manipulaci%C3%B3n-y-desinformaci%C3%B3n-como-armas
6. La decisión de la Administración de Joe Biden de
suministrar municiones de racimo al régimen de Kiev es otra manifestación
flagrante del curso agresivo antirruso de Estados Unidos, destinado a prolongar
el conflicto en Ucrania y la guerra hasta el último ucraniano… El “arma
milagrosa” por la que apuesta Estados Unidos, sin pensar en las consecuencias,
no cambiará el curso de la operación militar especial rusa declaró María
Zajárova, citada por la Cancillería rusa. https://sputniknews.lat/20230708/rusia-califica-de-curso-antirruso-la-decision-de-eeuu-de-enviar-bombas-de-racimo-a-kiev-1141365833.html