Víctor Jara: Etapa final del juicio;el asesinato del cantautor que murió por 44 balazos

44 impactos de bala acabaron con la vida de Víctor Jara. El cadáver fue encontrado en vía pública por transeúntes que avisaron a su esposa, Joan Jara. Jara, a la edad de 40 años tenía dos hijas, Manuela y Amanda.

Un día después del Golpe de Estado de Augusto Pinochet a Salvador Allende, el 12 de septiembre de 1973, Víctor Jara fue detenido y torturado junto a Littré Quiroga, director del Servicio Nacional de Prisioneros. Finalmente fue asesinado el 16 de septiembre en el Estadio de Chile. Con esto se dio inicio a una de las más cruentas dictaduras latinoamericanas que perduró por 17 años.

La resolución del caso judicial del crimen del cantautor y director de teatro chileno, Víctor Jara, ha coincidido en su fase final con la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado en Chile, que se celebrará el próximo 11 de septiembre.

 

Siete exmilitares han sido condenados en segunda instancia por el crimen, tras una extensa investigación realizada por el juez Miguel Vásquez de la Corte de Apelaciones de Santiago. Las sentencias emitidas por los tribunales chilenos han sido confirmadas e incluso elevadas. Esta semana, el martes 18, la Sala Penal de la Corte Suprema de Chile revisará la causa después de que los imputados, quienes niegan su participación en los asesinatos de Jara y Quiroga, presentaran recursos de casación.

 

El caso judicial se inició en 1978, cuando la viuda del cantautor presentó la primera querella por homicidio en el Quinto Juzgado del Crimen de Santiago, con la representación del abogado Luis Ortiz Quiroga. En ese momento, el país se encontraba bajo una dictadura y las investigaciones eran prácticamente inexistentes, según Nelson Caucoto, el abogado que retomó el caso hace 24 años y que ahora alegará ante la Corte Suprema. Sin embargo, a pesar de las circunstancias adversas, se lograron algunos avances.

 

A partir de 1979, la justicia chilena envió numerosos requerimientos internacionales para interrogar a chilenos exiliados que habían estado detenidos en el Estadio Víctor Jara, conocido como el Estado Chile en ese entonces. Fue una tarea complicada, ya que miles de personas fueron arrestadas en ese lugar por orden de la dictadura. Según el abogado, fue Joan Jara quien logró localizar a los testigos.

 

Nelson Caucoto ha dedicado toda su carrera desde 1973 hasta hoy a representar a víctimas de violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura y a sus familias. En 1999, un año después de que Pinochet fuera detenido en Londres por orden del exjuez español Baltasar Garzón y acusado de crímenes de lesa humanidad, Joan Jara y su hija Amanda acudieron a su oficina para solicitar la reactivación del caso, el cual llevaba más de dos décadas cerrado y sin ningún procesado.

 

Aprovechando el impulso judicial generado por la detención de Pinochet, el abogado pidió que se declarara la responsabilidad de la Junta Militar que lideró la dictadura en 2004. Aunque no todos los miembros de la Junta estaban vivos, Pinochet sí lo estaba. Esta solicitud fue un punto de inflexión, aunque el dictador no declaró debido a que su defensa lo excusó argumentando problemas de salud. Sin embargo, esto puso el caso de Víctor Jara en la agenda pública y surgieron nuevos testigos en Chile, incluido un exconscripto que proporcionó información crucial. Según el abogado, se han tomado más de 200 declaraciones en total.

 

La historia judicial es mucho más larga y compleja, pero finalmente ha llegado el momento crucial a 50 años del asesinato de Víctor Jara. El abogado se encuentra a punto de presentar el último alegato del caso. Para Caucoto, que también representa a la familia de Littré Quiroga, el hecho de que la fase final del caso coincida con la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado en Chile es agridulce.

 

Por un lado, le avergüenza que hayan tenido que pasar 50 años para conocer el resultado de un juicio por un crimen atroz. Sin embargo, reconoce que hubo una serie de factores que retrasaron los juicios en Chile, ya que estos no comenzaron hasta el año 2000, cuando se designaron jueces especializados en derechos humanos a tiempo completo. Antes de eso, no hubo justicia ni nada similar.

 

Por otro lado, considera que el crimen de Víctor Jara fue diseñado para que nunca se resolviera y quedara archivado en algún cajón de los tribunales. Por lo tanto, valora enormemente que se haya llegado tan lejos en el caso, a pesar de todas las dificultades. Según él, si los jueces están comprometidos, es posible esclarecer todos los crímenes.

Fuente: elpais.com